Aprendizaje y memoria:
El aprendizaje se refiere a la adquisición de conocimientos
que antes no se tenían, con el fin de aplicarlos en situaciones de la
cotidianidad basadas en la experiencia. La memoria consiste en retener ciertas
ideas o recuerdos durante determinado periodo de tiempo a manera de evocarlos o
simplemente acordarse de ellos. La relación entre estos dos conceptos se centra
en que es el objetivo final lo que los diferencia, ya que el proceso de recordar
cierto suceso o memoria es similar entre ambos. La aplicación en un contexto a
manera de solucionar determinada situación es lo que determina si una acción corresponde
a memoria o aprendizaje, por ejemplo: El que memoriza aprueba el examen, pero
el que aprende lo aplicará en su cotidianidad el resto de su vida.
Lenguaje y
pensamiento:
El lenguaje y el pensamiento están entrelazados, de manera
que el lenguaje es el producto de un proceso de pensamiento, ya sea de manera
detenida y elaborada o rápida y espontánea. El lenguaje humano es un sistema
flexible de símbolos que nos permite comunicar nuestras ideas, pensamientos y
sentimientos. A diferencia del lenguaje animal, el lenguaje humano está
compuesto por una estructura conformada por aspectos de semántica, gramática,
cohesión y coherencia, aplicada de manera verbal y escrita, siendo que es más
que una mera emisión de sonidos o símbolos ambiguos. El lenguaje posee un
aspecto mental en lo que concierne a lo que se está comunicando, ya sea
mencionar o describir un objeto trayéndolo a la mente mientras se piensan las
mejores palabras para describirlo, o aplicando un concepto abstracto pensando
en cómo aplicarlo dentro de un contexto.
Emoción y motivación:
La emoción es un sentimiento experimentado por una persona
como reacción ante determinado estímulo positivo o negativo, la motivación
consiste en aplicar determinado estímulo para provocar la emoción en una
persona dentro de determinado contexto. Se introduce el concepto de la
activación, que consiste en que cada individuo tiene un nivel óptimo de
activación que varía de una situación a otra y en el curso del día. Por ejemplo,
cuando alguien está somnoliento es probable que apague la televisión y la luz.
Otras veces la conducta parece motivada por un deseo de incrementar el estado
de activación. Por ejemplo, cuando alguien está aburrido puede encender la
televisión, dar un paseo o llamar a un amigo.
Atención:
Se refiere a la capacidad de retener la concentración frente
a determinado estímulo, ya sea por medio de los sentidos o directamente del
pensamiento. Estos estímulos tienden a estar relacionados con experiencias que
ya conocemos, de manera que actúa como un filtro. Por ejemplo, si usted y un
amigo están conversando en un restaurante, usted filtra todas las otras
conversaciones que tienen lugar a su alrededor. Atendemos conscientemente a muy
poco de la información que llega a nuestros registros sensoriales, en vez de
ello, seleccionamos parte de la información y procesamos esas señales de manera
adicional al trabajar para reconocerlas y entenderlas.
Sensación y
percepción:
Las sensaciones y percepciones se refieren principalmente a
los estímulos captados por nuestros sentidos, de manera que nuestro sistema
nervioso pueda percibirlo como positivo o negativo. Las sensaciones, que
incluyen olores, imágenes, sonidos, sabores, equilibrio, tacto y dolor, son los
datos puros de la experiencia. La percepción es el proceso mental mediante el
cual esas piezas se clasifican, identifican y arreglan en patrones
significativos. Las sensaciones en el ser humano pueden ser percibidas, al
igual que los animales de manera física, siendo el estímulo físico el que produzca
la percepción inmediata, y también puede aplicarse de manera automática, ante
determinada sensación producida por determinado estímulo, nuestra percepción
evocará un proceso mental. Por ejemplo, cuando se siente el olor a quemado en
un recinto, inmediatamente se activa un estado de alarma que lleva a buscar y
mitigar la fuente del olor.
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